Promoción de la empresarialidad y la innovación en las universidades en el actual contexto de pandemia

Por Sebastián Lebenglik y Esteban Cassin (Oficina de innovación de la Universidad Maimónides).

Comentábamos anteriormente que la trascendencia estratégica de promover la cultura emprendedora en las universidades y, de ser posible, ir convirtiéndolas en universidades emprendedoras, no para abandonar sus misiones más asentadas (la docencia y la investigación), sino para completar lo que se denomina su “tercera misión”: esto es, la expansión universitaria, que implica la relación con el medio social para aportar soluciones a sus problemáticas, y, según nuestra visión, incluye fuertemente la vinculación y transferencia de tecnología y la innovación.

En el contexto de pandemia en donde la información fluye con una enorme velocidad, producto de las nuevas tecnologías, en lo que se ha dado a llamar la cuarta revolución industrial, los usos y costumbres de la sociedad han experimentado cambios drásticos que sin duda producen un giro copernicano que atraviesa en forma transversal toda la vida: relacional, emocional, social, cultural, educativa y desde luego, laboral. Todo ello constituye una mezcla de situaciones cuyas consecuencias son imposibles de dilucidar. Por solo mencionar algunas:

  • Se continuará en muchos casos con un esquema de trabajo mixto. Presencial/virtual
  • La movilidad de las personas por congresos/cursos/ capacitación será reemplazado en gran parte por formas de comunicación virtual, muchas de ellas aún en proceso de desarrollo (teleconferencias y uso de tecnología multimedial)
  • Cambiará la planificación urbana de los conglomerados de viviendas. El teletrabajo permite vivir en lugares más lejanos con mayor espacio libre
  • Muchas empresas que no inviertan en tecnología, en particular digitalización, perderán una importante porción del mercado o simplemente desaparecerán
  • La logística será cada vez más sofisticada y apoyada en herramientas tecnológicas, incluyendo la trazabilidad de productos, insumos, mercaderías, cargas, etc.
  • La información de las personas tendrá cada vez un rol más relevante como así también como contra cara la preservación de la intimidad como valor apreciado
  • La telemedicina tendrá cada vez un rol mas presente
  • La educación tendrá cambios substanciales en la forma de enseñar y estudiar, como así también veremos el ocaso de algunas disciplinas y el nacimiento o resurgimiento de otras.
  • Mayores diferencias sociales entre aquellas sociedades que tengan acceso a las nuevas tecnologías.

Volviendo al rol de las universidades y la promoción de la innovación, nos quedan cinco grandes temas por tratar: primero, el tema de los ecosistemas emprendedores; luego, el de las empresas universitarias en sentido estricto; tercero, los emprendedores, quiénes son, qué características tiene; siguiendo esta secuencia, la cuestión de cómo realmente surgen estas empresas, qué etapas y procesos cumplen y qué tipos de emprendimientos hay, por último, cómo es posible potenciarlas en el seno de las casas de altos estudios y el rol de las incubadoras y aceleradoras de empresas (estos últimos dos temas los desarrollaremos en otros artículos).

1. Los ecosistemas emprendedores

El concepto de ecosistema emprendedor muestra un escenario en el cual diversos actores e instituciones se conectan, relacionan, compiten y cooperan, incidiendo positivamente en el desarrollo de la empresarialidad en una región (ciudad, provincia, país).

Es decir, los diversos factores que pueden facilitar o inhibir el desempeño de los emprendedores y los emprendimientos se estructuran de diversa manera, favoreciendo la disponibilidad de recursos, incentivos y oportunidades con que pueden contar al momento de iniciar un negocio o potenciar un negocio ya en marcha.

Investigadores del PRODEM de la Universidad Nacional de General Sarmiento, han desarrollado un Índice Sistémico para el Emprendimiento Dinámico (Kantis, et al, 2016). Las diez dimensiones clave que inciden sobre la cantidad y calidad de las nuevas empresas se pueden agrupar en tres factores:

a. Factores que afectan el capital humano emprendedor y sus determinantes

  • La existencia de emprendedores capaces de construir propuestas de valor potentes: el capital humano emprendedor.
  • La cultura.
  • Las condiciones sociales de las familias donde las personas nacen y se forman.
  • El funcionamiento del sistema educativo.

b. Factores que afectan el espacio de oportunidades

  • Las condiciones de la demanda.
  • La estructura empresarial.
  • Los esfuerzos registrados en el campo de la ciencia y tecnología.

c. Factores que inhiben o promueven el desarrollo de emprendimientos dinámicos

  • El financiamiento.
  • El capital social.
  • Las políticas y regulaciones.

Todo esto puede verse en el siguiente esquema:

Este esquema es dinámico (en el sentido de que puede evolucionar o cambiar a lo largo del tiempo, tal es así que las mediciones ocurren a lo largo de los años para ver sus transformaciones a lo largo del tiempo); permite comparaciones a nivel nacional (entre provincias o ciudades) o internacional (entre países o regiones); favorece la comprensión del fenómeno; y permite realizar correcciones sistémicas así como diseñar políticas (por ejemplo incrementar la formación de emprendedores, favorecer el networking entre emprendedores, sancionar leyes que faciliten la creación de empresas, mejorar los incentivos fiscales, entre muchas otras).

Está más que aceptado que hay zonas o ciudades en el mundo muy innovadoras y emprendedoras (Silicon Valley, Austin y Seattle en Estados Unidos, Tel Aviv en Israel, Madrid, Londres, Paris, Tokio, Singapur, Bangalore (India), Seúl (Corea)…también en Latinoamérica (Medellín, Santiago de Chile, San Pablo, Rio de Janeiro, Belho Horizonte, Buenos Aires) y que en ellas, los sistemas universitarios (educativos en general) tienen un rol preponderante, ya que forman la “materia prima” esencial para todo emprendimiento: talento humano, personas con capacidades creativas, actitud emprendedora y saber técnico.

Por último, esto implica que las universidades deben estar vinculadas con otras instituciones de sus territorios si desean contribuir a formar universitarios con capacidades emprendedoras y a favorecer la creación de empresas en su seno. No es una tarea aislada, al contrario, lo que muestran la mayoría de los casos es que los territorios se comportan como redes de soporte que alientan y apoyan, con múltiples recursos, esta apasionante aventura.

2. Las empresas de base universitaria

¿Por qué es importante plantearse este tema en particular? ¿Qué aportan este tipo de empresas? ¿Por qué las universidades y otras instituciones educativas realizan cada vez más esfuerzos para que nazcan y tengan éxito?

Y la respuesta principal pasa por comprender la contribución que las nuevas empresas generan en las sociedades, en particular la de aquellas basadas en el conocimiento científico, la tecnología y la innovación. En el mundo de la empresarialidad, se distinguen distintos tipos de empresas, uno de ellos viene llamando la atención hace un par de décadas, las que ahora denominamos “dinámicas”; que tienen la característica de que suelen crecer más rápido, producir mayores beneficios económicos y generar empleos de más calidad; una buena parte de ellas nacen en las universidades o son creadas por universitarios. Y tienen estas características por estar basadas en oportunidades bien identificadas, utilizando los conocimientos y habilidades adquiridas en las carreras (así como los que se generan en sus laboratorios o centros de investigación) y desarrollando modelos de negocios disruptivos con mayor posibilidad de crecimiento.

No es que todos los universitarios creen empresas (muchos, la mayoría, desempeña roles como profesional independiente o trabaja en relación de dependencia), ni que las creadas deban ser innovadoras (porque pueden ser tradicionales o industriales o firmas comerciales, etc.); pero sí está claro que, en particular en esta época de revolución tecnológica tan marcada y con tantas necesidades por satisfacer, los nuevos emprendimientos capaces de aunar nuevas tecnologías con soluciones novedosas y formas de organización y gestión innovadoras, podrán tener más éxito y hacer mejores contribuciones a la sociedad y, en muchos casos, a las universidades donde han nacido (y han ayudado a su nacimiento).

A estas empresas se las denomina spin-off, que designa el mecanismo por el cual salen nuevas unidades empresariales a partir de estructuras preexistentes. Cuando su modelo de negocios es disruptivo e innovador, se las denomina start ups.

En próximas notas trataremos aspectos relacionados con el proceso de creación y desarrollo de estas empresas, así como presentaremos algunas metodologías útiles para tal fin.


Bibliografía:

Albrieu, Basco, Brest López, de Azevedo, Peirano, Rapetti, Vieni (2019). Travesía 4.0. Hacia la transformación industrial argentina. BID.

Cassin, Esteban (2019). El panorama actual. En “Industria 4.0 – Impacto, desafíos y oportunidades”. Ficha de cátedra Especialización en gestión de la tecnología y la innovación. UNSAM.

Etzkowitz, H. & Leydesforff, L. (2000). The dynamics of innovation: from National Systems and “Mode 2” to a Triple Helix of university-industry-government relations.

Fernández de Lucio, I., Castro Martínez, E., Conesa Cegarra, F., y Gutiérrez Gracia, A. (2000). El contexto de las relaciones universidad / empresa, Sala de Lectura OEI.

Kantis H., (2017). Ecosistemas Maduros y en Desarrollo. El Juego de las Diferencias. UNGS – PRODEM.