Las políticas de última generación para el desarrollo de la empresarialidad dinámica e innovadora cubren una serie de aspectos, tales como: el desarrollo de las competencias y vocaciones emprendedoras; la puesta en marcha de estructuras que dinamicen la relación entre universidades y empresas; la facilitación del acceso a recursos financieros (incluyendo al capital de riesgo y otras formas de “capital inteligente”) y no financieros; la puesta en marcha de incubadoras y aceleradoras de empresas, parques tecnológicos y redes de innovación; la mejora del clima de negocios y de inversión; el aliento a la conformación de redes comerciales, tecnológicas e institucionales; y la promoción de la internacionalización o la exportación de las empresas, entre muchas otras.
Además, comprendemos que la cultura (entendida tanto como las normas, valores y pautas que tienen la sociedad y sus instituciones en relación a lo empresarial, los negocios y la actividad comercial en términos amplios) tiene influencias determinantes que pueden facilitar o inhibir su desarrollo; las universidades son un actor privilegiado en esta concepción sistémica (véase, por ejemplo: Etzkowitz y Leydesforff; Fernández de Lucio, Castro Martínez, Conesa Cegarra y Gutiérrez Gracia; y Kantis), y que debe verificarse en las instituciones, en especial en la universidad, ya que en ella se forman parte de los recursos humanos que podrán desempeñarse como creadores de empresas o empleados, así como su proclividad a vincularse con el mundo productivo y atender sus demandas o solucionar sus problemas y en cuanto al tipo de agenda de investigación que se imponga y que contenga más o menos resultados útiles para la producción o capaces de ser trasferidos.
Pero lo que más debe ser resaltado es el carácter sistémico y acompasado en el tiempo que tienen estas iniciativas. No son programas aislados, ni esfuerzos momentáneos los que se llevan adelante en los países y regiones que promueven eficientemente este tipo de emprendimientos.
En este contexto, nuestra Universidad tiene sus sellos distintivos: la tradición solidaria y las actividades que realiza con y en la comunidad, sus sobresalientes capacidades en investigación y docencia en varias disciplinas, en especial salud, gerontología, psicología, nutrición, su fuerte nexo con Fundación Azara dedicada a la investigación en ciencias naturales, ambientales y antropológicas, así como en sociales y tecnología, entre otras, más un perfil académico dinámico y moderno, la posicionan como un potencial actor relevante en los sistemas de innovación. El trabajo en redes, el networking y la vinculación y la transferencia, entonces, vienen a complementar esas capacidades y recursos y pueden potenciarla aún más.
Veamos sus ejes de trabajo y grandes líneas de acción:
La promoción de universidades emprendedoras e innovadoras, entendiendo por tales aquellas que considera al conocimiento como un potencial al servicio de los objetivos, necesidades y oportunidades de su entorno socioeconómico, pasa por el diseño de una serie de estrategias, que buscan robustecer su carácter de generadora de emprendimientos, tecnologías y dispositivos que incidan positivamente en la dinámica socio-productiva territorial, así como en la generación de riqueza, empleo y oportunidades, así como la solidaridad y promoción social.
En términos generales, sus objetivos abarcan:
• Promover una cultura y una práctica innovadora en su comunidad
• Impulsar la cultura emprendedora en la universidad
• Promover la creación de emprendimientos dinámicos
• Potenciar las actividades de I+D+i (Investigación, Desarrollo e innovación) y su transferencia al medio socio-productivo
Sus principales líneas de acción suelen ser las siguientes:
• Sensibilización, difusión y capacitación emprendedora;
• Acompañamiento y asistencia técnica a los proyectos de emprendedores;
• Vinculación con diversas instituciones, programas y otros actores relevantes del ecosistema;
• Presentación de proyectos a líneas de financiamiento y subsidios;
• Participación en concursos, ferias y eventos para acrecentar el capital emprendedor;
• Articulación entre las diversas áreas, facultades y centros para potenciar la interdisciplina y robustecer los proyectos.
En las próximas notas comentaremos acerca de los ecosistemas emprendedores e innovadores, las empresas de triple impacto, la formación de emprendedores y la innovación social y ciudadana, entre otras.
Más información: innovacion@maimonides.edu