Creación de una guía para limitar la infección aérea por COVID-19 en espacios interiores

Para minimizar el riesgo, se debe evitar pasar períodos prolongados en áreas densamente pobladas y en habitaciones donde las personas se esfuerzan de tal manera que aumentan su frecuencia respiratoria y la producción de patógenos.

La importancia de la transmisión aérea de COVID-19 es ampliamente reconocida. Si bien se han creado recientemente herramientas para la evaluación de riesgos, no se había propuesto ninguna directriz de seguridad para protegerse contra él.

Esta guía se basa en modelos aplicados en enfermedades transmitidas por el aire que nos dan una pauta de seguridad en interiores, que impondría un límite superior al “tiempo de exposición acumulativo”, el producto del número de ocupantes y su tiempo en un espacio cerrado. Se demuestra cómo este límite depende de las tasas de ventilación y filtración de aire, las dimensiones de la habitación, la frecuencia respiratoria, actividad respiratoria y uso de mascarillas de sus ocupantes, e infecciosidad de los aerosoles respiratorios.

La transmisión aérea surge a través de la inhalación de gotitas de aerosol exhaladas por una persona infectada y ahora se sabe que es la principal vía de transmisión del COVID-19.  Se cree que existen tres rutas posibles de transmisión de persona a persona: transmisión de gotas grandes de la boca de una persona infectada a la boca, nariz u ojos del receptor; contacto físico con gotitas depositadas en superficies (fómites) y posterior transferencia a las mucosas respiratorias del receptor; e inhalación de microgotas expulsadas por una persona infectada y mantenidas en alto por las corrientes de aire ambiente. Se refieren a estos tres modos de transmisión como, “caída grande”, “contacto” y “aerotransportada”, respectivamente.

Para minimizar el riesgo de infección, se debe evitar pasar períodos prolongados en áreas densamente pobladas y en habitaciones donde las personas se esfuerzan de tal manera que aumentan su frecuencia respiratoria y la producción de patógenos, por ejemplo, haciendo ejercicio, cantando o gritando.

Esta guía se ha centrado principalmente en la transmisión aérea, para la cual la infección surge a través de la inhalación de una cantidad crítica de patógenos transportados por el aire. Si bien está motivado por la pandemia de COVID-19, nuestro marco teórico se aplica de manera bastante general a las enfermedades respiratorias transmitidas por el aire.

Sobre todo, esta investigación deja en claro la insuficiencia de la regla de los seis pies para mitigar la transmisión de enfermedades transmitidas por el aire en interiores y ofrece una alternativa racional para manejar la vida en la época del COVID-19. Si se implementa, esta guía de seguridad se impondría un límite en el tiempo de exposición acumulativo en ambientes interiores, cuya violación constituye una exposición para todos los ocupantes de la habitación.

Si bien este estudio ha permitido una estimación de la infecciosidad de COVID-19, también indica cómo los nuevos datos que caracterizan los eventos de propagación en interiores pueden conducir a mejores estimaciones de los mismos y, por lo tanto, a refinamientos cuantitativos de esta guía de seguridad.

Fuente: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33858987/