Actitud científica frente al coronavirus

En tiempos de Coronavirus y posverdades, la información confunde y crea pánico. El presente artículo, escrito por la Mg. Adriana Larramendi, docente de nuestra Universidad, explica de qué modo podríamos actuar como sociedad para recuperarnos y vivir esta crisis.

El Coronavirus es una pandemia. El mundo está paralizado y muy preocupado, por sus consecuencias. Afecta la salud de la población desde lo físico y psicológico, afecta a las familias que se separan por los cuidados y prevención, afecta la libertad de las ´personas, afecta el mundo turístico y económico, lo educativo y social, replantea las políticas de todos los países, infectados o no. El mundo se vuelve extraño, calles desiertas, barcos varados en cuarentena, personas encerradas, lugares desabastecidos, hospitales colapsados. El mundo en pánico. Parece una película. Y la información se disemina tan rápido como el Covid-19.

El mundo digital, la globalización y las redes nos mantienen en vilo, conectados frente a la pandemia. ¿Cómo contenerse como sociedad en un estado racional? ¿Cómo mantenerse informados sin caer en trampas y datos falsos? En tiempos de la posverdad (como verdades construidas y asimiladas como verdades) la información que circula puede ser creída sin fundamentos “Las condiciones de posibilidad de los discursos, según Foucault (1980), explican la emergencia de la categoría para abordar los fenómenos de un nuevo tipo de credibilidad, relacionado con nuevos regímenes del poder/saber, subordinados a la voluntad de ´verdad´. En estas condiciones anteriores, los sujetos no se preocupan por conocer la verdad de los hechos socio-culturales-históricos-políticos-económicos porque están atrapados por mecanismos de persuasión fuertemente vinculados a lo emocional y a las redes digitales. Estas condiciones de producción, circulación, recepción, que propician la victoria de la posverdad sobre la verdad, integran dos problemáticas que se articulan: lo cognitivo-racional que cede su lugar a lo cognitivo-emocional en las subjetividades y las redes digitales que atrapan con violencia simbólica a los sujetos hiperconectados.”

Conocemos múltiples casos basados en información falsa que han generado imprevistas conductas en la sociedad. Estas falsas noticias o Fakenews se generan con diversas intenciones, algunas más nocivas que otras. Los medios digitales contribuyen que estas falsas noticias se difundan con inmediatez a lo largo del planeta, cuyos usuarios, en su mayoría, están acostumbrados a consumir las noticias sin criticismo, persuadidos por la falacia de la autoridad “si está en la red, es verdadero”. Frente a esta fuerte convicción, sin criterio de racionalidad ni actitud analítica, la verdad no puede imponerse. Y aquellos que tienen cierta desconfianza, ya no saben en qué creer, en la verdad que apenas se asoma y es más acotada o en la posverdad que va aumentando, con agregados de información de sujetos prosumidores, no siempre conscientes de la consecuencia de ese acto. “La hiperrealidad supera y se pone en el lugar de la realidad, produciendo otras dimensiones sensoriales y perceptivas que alejan a los sujetos del pensamiento crítico y autocrítico y los instalan en prácticas falsas, inciertas, alienantes en donde buscan la catarsis en las posverdades”. Y esa burbuja de noticias verdaderas y falsas, de posturas contrapuestas, va generando más confusión, y más pánico. Escuelas que cierran, escuelas que permanecen abiertas, Lugares abiertos hasta determinada hora, teatros abiertos, Broadway cerrado, Bodas suspendidas, fiestas de hasta 50 personas permitidas…Personas que informan su necesidad de cuarentena, ciudadanos denunciados por sus vecinos por ocultar su viaje. ¿qué es real?

No podemos negar la realidad. El Coronavirus está afectando a toda la población mundial y debemos detenerlo, con actitud crítica y racional, no con subjetividad y egoísmo. Prevenir y/o curarnos sólo será posible desde la comprensión de la verdad y he aquí la importancia de la actitud científica, de búsqueda de información seria, de lectura e interpretación de la evidencia que se muestran desde los sitios con autoridad científica. La actitud científica se basa en el pensamiento crítico, racional y probado, por lo que será difícil ser manipulada.

Por ello es de suma importancia la enseñanza de la ciencia en todo el sistema educativo, que promueva la curiosidad y duda, la búsqueda de soluciones alternativas y la prueba. Un niño/joven crítico seguramente podrá generar conductas tendientes a la verdad y no se dejará influenciar por los mecanismos de persuasión de la posverdad. Y asimismo podrá impactar en el medio que socialice.

En tiempos de Coronavirus, con un virus nuevo para el cual no estábamos preparados, mientras los científicos buscan los medios para combatirlo y los políticos y comunicadores la forma de prevenirlo, nosotros, comunes mortales, podremos contribuir a ello actuando con racionalidad y espíritu crítico.

Fuente:

Artículo original publicado en http://formacionib.org/ La autora, Mg. Adriana Larramendi, es docente de las materias Metodología de la Investigación en Ciencias Sociales y Periodismo Educativo y Científico de las carreras a distancia de UMAI.

Foto:

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